jueves, 8 de marzo de 2012

Restaurantes y Marketing


Siete pecados capitales en hostelería


Leyendo "los siete pecados capitales del marketing" se me ocurrió hacer un pequeño homenaje a un sector para el cual llevo muchos años haciendo marketing, se que puede parecer osado pero ahí va este tributo a todos los hosteleros que hacen mal su trabajo.

Uno a uno los pecados capitales de la mala hostelería.

Soberbia: frecuentemente los hosteleros, más los cocineros, se resisten al cambio porque creen que son los mejores.

Gula: los hosteleros se sienten muy tentados a ganar dinero a corto plazo sin importarles la calidad (en el servicio, en el producto...).

Ira: los hosteleros deben realizar mediciones y evaluaciones objetivas para evitar cometer este pecado.

Codicia: habitualmente distribuyen los recursos al azar porque piensan que van a ganar más y se meten en inversiones inverosímiles que muchas veces fracasan.

Lujuria: suelen primar los resultados inmediatos en detrimento de la ganancia.

Envidia: los hosteleros suelen envidiar los nuevos productos de las cadenas hosteleras y franquicias.

Pereza: es raro que los hosteleros cometan este pecado, pero se suele dar cuando el jefe se va temprano y no avisa, o cuando solo viene una vez al mes, o cuando no se preocupa de como mejorar la gestión...

Marketing en un restaurante establecido.

Aplicar técnicas de marketing en un restaurante establecido  es tarea harto difícil debido al alto nivel y extensa labor de redefinición en el proceso de toma de decisiones (servicio, menú, estructura...)
El compromiso de un restaurante establecido es mantener siempre un ambiente necesario para conservar a los clientes regulares y atraer un número creciente de los mismos.

Cómo revivir a un muerto.

Existen dos tipos de muerto:
  • Locales que no eran restaurantes anteriormente.
  • Locales que son restaurantes sin éxito o con éxito moderado y que se encuentran listos para un cambio de ambientación, para penetrar en el mercado, etc... a fin de tener más éxito.
El local ideal debe tener 250 m2 como mínimo y con posibilidad de expansión. En términos generales, la parte posterior del establecimiento supondrá un 40% de la superficie, debiendo de contar con una cocina bien diseñada, ya que es mejor diseñar con amplitud el área de la cocina que modificarla a corto plazo; este suele ser el principal error que cometen los aparejadores y arquitectos a la hora de diseñar los locales de hostelería.

Una construcción existente siempre es más barata, se incurre en menos gastos arquitectónicos y de ingeniería; pero limita la capacidad de actuación sobre el  mismo.

Debemos de tener muy en cuenta que porque  un restaurante funcionó una vez, no significa que forzosamente tenga que funcionar una segunda vez.

Es necesario tener políticas, crear un Plan de Acción, un Plan de Marketing. La ubicación y las instalaciones físicas, la decoración idónea para atraer al tipo de clientela (Público Objetivo) que deseamos. No podemos intentar dar todo a todos.

Para crear un local con éxito es importante educar, hacer cultura. Es de utilidad para la permanencia en el mercado que se cuente una historia obsequiada a los clientes, ya que ellos tendrán ganas de aprender.

El restaurante es la personalidad y las personas que lo forman. Por otro lado, como estos activos no están tan a mano, los hosteleros deberán de cobrar por cosas que antes no cobraban, una de ellas es el ambiente y la decoración.

Los clientes compran experiencias plenas, quieren vivir momentos especiales a la vez que disfrutan de la comida. Las redes sociales ayudan a la viralización y recuerdo de estas experiencias.


Un último consejo a todos aquellos interesados en emprender su negocio de hostelería, antes de empezar pónganse en contacto con una Consultora de Marketing especializado a fin de evitar pecados capitales y fracasos.

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