La viralidad un nuevo/viejo concepto.
El marketing on-line está
plagado de conceptos y nombres que a priori pueden parecer novedosos,
pero que en la mayoría de las ocasiones son la mera traslación
de los conceptos que se manejan en el marketing off-line; este es el
caso del marketing viral y de la viralidad, el Santo Grial del
Marketing On line, es lo que perseguimos todos los que nos dedicamos
a esto, y que no es más que la representación on line
del conocido concepto “boca/oreja” que existe en el marketing off-line.
El marketing viral se
apoya en todas las técnicas de marketing que empleamos en
internet (redes sociales, foros y blogs) con el objetivo de alcanzar
un alto reconocimiento de nuestra marca, una percepción
positiva y el mayor número de prescriptores posible. Es muy
difícil controlar los comentarios que en internet se hacen de
una marca o sobre un tema concreto, en muchos casos pueden ser
negativos pero este es un riesgo que debemos de asumir. La difusión
de contenidos a través de los usuarios de las redes aumenta
las probabilidades de éxito de una campaña on line al
aumentar la audiencia y la rapidez de difusión del mensaje,
por este motivo es importante conocer a nuestros seguidores.
A parte de la rapidez y
el poder de prescripción, lo bueno que tiene la utilización
del marketing viral es que para su éxito no depende tanto del
presupuesto (es mucho más barata que cualquier otra
estrategia) sino más del talento y de la astucia, podríamos
decir que es una estrategia de marketing low-cost que en épocas
de crisis le viene bien a todas las empresas. Otro de los aspectos
importante a considerar en este tipo de estrategias es la capacidad
real de medición que se puede realizar aplicando el
coeficiente de viralidad.
Necesitamos que
compartan la información de nuestros muros, que le den a me
gusta en nuestra página o a nuestros comentarios, que se hagan
followers nuestros, que nos retuiteen, que marquen nuestros tuits
como favoritos, que compartan la info de nuestro blog, desde
google+... así se consigue la viralidad. Para esto dependemos
de nuestros amigos y seguidores; pues bien, como ya comenté en
anteriores artículos no veo tan necesario el tener un gran
número de amigos o seguidores, como el conocer bien a los que
tenemos. Es decir, no necesitamos grandes cantidades de amigos o
followers, lo que necesitamos es que los que tenemos sean activos y
ejerzan poder de prescripción sobre otros. Es decir
necesitamos que por su capacidad de convocatoria, su prestigo, su
profesionalidad, su experiencia... se convierta en nuestro Apóstol
y consiga así que sus amigos nos compartan o le den a me
gusta, porque eso si es la viralidad. Buscaremos por tanto seguidores
activos, con capacidad de prescripción, buena reputación
social y que a su vez tengan una red de amigos sólida y
activa; solo de esta manera conseguiremos el boca oreja en la red,
esa viralidad deseada y que muchos confunden todavía con el
llegar directamente a muchas personas con la información,
perdiendo así la eficacia y poder de prescripción que
tiene que una persona del círculo próximo de otra le
haga una sugerencia o recomendación.
Por tanto, la viralidad
depende de tres elementos: los contenidos que generamos, la
producción y distribución de los mismos y de las
personas que los comparten; quedando claro que son estas últimas
las encargadas de hacerla posible. Así, agregaremos a nuestras
redes aquellos que sean sujetos activos y con capacidad de ser
influyentes en las redes, para determinar esto último es
necesario conocer bien a nuestros amigos y clientes, situarlos en el
centro del proceso e incentivarlos para que participen y colaboren
con nosotros en nuestra labor de creación y difusión de
contenidos.
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