viernes, 29 de marzo de 2013

La Publicidad Decandente


Requiem por la publicidad.

La publicidad ha muerto. Sé que hacer esta afirmación puede parecer osado por mi parte, pero a lo largo de esta exposición quedará demostrado el por qué de mi posicionamiento.

Mi vida profesional se ha desarrollado entorno a los medios de comunicación (revistas sectoriales, radio, televisión, soportes exteriores, prensa escrita, prensa especializada...); en estos años he podido observar como la inversión de las empresas en estos soportes ha ido disminuyendo de manera significativa, bien sea por la crisis, bien porque estos éstos han perdido parte de su eficacia a la hora de comunicar y de llegar a los consumidores.

La publicidad no vende. A diario recibimos miles de impactos publicitarios que nos asaltan a cada paso que damos, toda esta información resulta difícil de ordenar en las mentes de los consumidores, el exceso creativo en su elaboración y la pérdida de poder de prescipción por parte de los medios constatan este hecho.

El Marketing Directo le ha ganado la partida a la publicidad. Un anuncio de televisión de la Asociación Autocontrol, en un intento de hacer honrada la publicidad, decía lo siguiente: “la publicidad emociona, entretiene.......” pero no decía nada de vender. Esto es lo que necesitan las empresas hoy en día: VENDER. Es aquí, donde el Marketing Directo le gana la partida; pero además, tiene otra ventaja muy palpable en estos momentos: la INVERSIÓN es MENOR en este tipo de acciones. Luego el mix perfecto es vender más, invirtiendo menos.

La comunicación ha cambiado. La forma de comunicarnos con nuestro entorno, con nuestros clientes ha cambiado de manera radical en los últimos tiempos; la aparición de internet y de los social media ha revolucionado el proceso de comunicación.

El medio ha perdido la importancia, el mundo es más complejo, ya no hay un emisor y un oyente que escucha pasivo los mensajes; gracias a esta revolución social, la comunicación es como la luz proyectada sobre un salón de espejos, existen muchos emisores que emiten mensajes y los comparten entre sí, aportan feedback y enriquecen la comunicación con sus aportaciones, no se limitan a escuchar, interaccionan entre si formando nodos. Internet abre una puerta a las marcas, para dejar de disparar sin sentido, para escuchar a sus clientes y responder a las demandas del mercado de una manera directa y personalizada.

Las agencias de publicidad se suicidaron. Jugaron a ser comisionistas a quedarse en la intermediación entre el cliente y el medio, para que ganase importancia la creatividad, ese añadido que es el resultado “a veces” de un breafing. Añadieron Intertnet en sus cuadros de tarifas de medios, no entendiendo que internet no es un medio, sino un generador de medios; se limitaron a mantener las fórmulas publicitarias del mundo off line (un faldón se transformaba en un banner) pareciendo productos análogos en universos paralelos. Obviando que los mundos off line y on line no son diferentes sino complementarios.

La publicidad tradicional ha muerto. Me he dado cuenta de esto esta tarde frente a la televisión, mientras contemplaba como casi todos los anuncios nos remitían a visitar sus redes sociales para obtener más información de la campaña, para participar en ella o para que nos comunicásemos con la empresa.

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