jueves, 14 de junio de 2012

Facebook y los amigos

Yo no quiero tener un millón de amigos.

La inspiración para escribir este post me sobrevino la tarde del lunes cuando me dirigía a mi casa en coche, cansado de escuchar radiofórmulas, me puse a bucear en el dial y encontré una emisora donde estaban poniendo canciones demodé, concretamente sonaba esa que dice: “yo quiero tener un millón de amigos y así más fuerte poder cantar”. Como un resorte me vino a la mente pensar en Facebook, la red social donde conseguir amigos se ha convertido en el objetivo de empresas y personas que invierten ingentes esfuerzos en sumar adeptos.

Esta red social se ha convertido en una herramienta esencial en la interacción social, si no tienes Facebook no existes, no estás en el mundo, cada vez que alguien elimina a otro de su lista de amigos o lo bloquea es como si lo eliminase del universo.

Los adictos sociales están obsesionados en sumar cada día más amigos, más followers, coleccionan me gustas... no se si está diagnosticado o no pero creo que esta puede ser la enfermedad del siglo XXI, la adicción a la “social life”.

Tener amigos en Facebook es importante para las empresa, pero ¿hasta qué punto lo es?. Hasta hace poco creía que tener muchos amigos era positivo porque la viralidad sería mayor, pero desde fechas recientes he comenzado a reflexionar sobre lo negativo de tener muchos amigos en Facebook.

Los amigos de Facebook tienen que ser como en la vida real, amigos de verdad; es decir, no debemos generar amigos imaginarios, esos falsos amigos no nos aportarán lo que en realidad debe reportarnos un amigo, son simplemente un nombre, un seudónimo o un número.

Tenemos que tener claro que no es posible gestionar un número grande de amigos, los expertos como el profesor Robin Dunbar (profesor de antropología humana de la Universidad de Oxford) hablan de que el cerebro humano puede gestionar hasta 150 amigos. Es muy difícil atender bien grandes listados de clientes o amigos, perdemos la interacción personalizada y se convierte en una interacción mecánica.

Generalmente pensamos que tener una gran audiencia es bueno, solemos decir que cuanta más gente reciba nuestros mensajes mejor, pero este punto también quiero cuestionarlo. Porque lanzamos mensajes al espacio pero son pocos los que segmentan las audiencias en su Facebook, muy pocos piensan en cuál es su audiencia útil, con cuántos amigos tiene que quedarse uno para que la comunicación sea efectiva. Si analizamos nuestros listados de amigos nos daremos cuenta de que con un amplio número de ellos no tenemos contacto y que si los eliminásemos no pasaría nada; pero esto tiene un coste emocional importante, a nadie le gusta perder audiencia.

En Facebook lo importante no son los contenidos, lo importante: son los comentarios, las veces que comparten la información, las actualizaciones o los me gusta. Todo esto convierte la plataforma en un elemento de presión social sobre el que publica contenidos a pesar de que a muchos de ellos no los conozca o no los haya visto en muchos años.

Otro de los errores que suelen cometer los usuarios de Facebook es el intentar ganar audiencia a costa de los amigos de sus amigos, se creen que “los amigos de mis amigos son mis amigos”, pero eso es totalmente falso, con esta medida se aumenta en número pero se pierde el control y la información puede generar conflictos al moverse en círculos cerrados e incluso puede ser perjudicial para la reputación social.

Esto solo es una pequeña muestra de algunas de las problemáticas que nos genera el tener muchos amigos en Facebook, seguramente cuando leas esto reflexionarás y te plantearás redefinir tu estrategia de amigos, cuando lo hagas recuerda que el concepto de audiencia útil es fundamental para manejar nuestra comunicación.

Querer comunicarse es inherente al ser humano, las Redes Sociales te permiten esto con suma facilidad, pero después de analizarlas me he dado cuenta de que yo NO “quiero tener un millón de amigos para ser feliz”.

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