Marketing necesario o prioritario.
Trabajar en marketing no es fácil.
Muchas veces tienes que escuchar como la gente emplea de manera
peyorativa el termino “marketing”, sin saberlo, ponen en
evidencia sus carencias y su falta de conocimientos sobre este tema.
Otras veces te ves envuelto en
reuniones y conversaciones con personas que opinan sin entender de
que estamos hablando. En este país opinar es un deporte
nacional y la mayoría de los directivos se creen que si opinan
mucho taparán su déficit formativo en marketing.
Una de las frases que más me han
marcado en una de estas reuniones ha sido: “el marketing es
necesario, pero no prioritario”; tras escuchar esto pensé en
contestar, pero después de unos segundos de reflexión,
tomé aire y preferí escribir sobre la respuesta que se
merecía.
Alguien que hace esta aseveración
sobre el marketing deja claro que sus conocimientos son escasos o
nulos. Afortunadamente, utilizó el sentido general del término
y no particularizó.
Cuando hablamos de Marketing debemos de
realizar la siguiente distinción: marketing estratégico
y marketing operativo. Mientras el primero se preocupa de decirnos en
que lugar nos encontramos y hacia donde debemos dirigir nuestro
timón; el segundo acciona el marketing mix , planifica,
ejecuta y controla las acciones de marketing para poder llegar a
nuestro destino.
Si no hacemos la separación
entre marketing estratégico y marketing operativo, caeremos en
el error de no entender los valores que nos diferencian de nuestra
competencia, simplemente seguiremos aplicando estrategias de
marketing sin dirección.
Por tanto, el marketing estratégico
resulta imprescindible para que una empresa pueda posicionarse en
lugares preferenciales y sobrevivir en el mercado con total
solvencia. Si nos olvidamos de la parte imprescindible del marketing,
nos estamos olvidando también: del análisis de la
competencia, de la segmentación de mercados, del
posicionamiento... Esta cara del marketing forma parte de la
estrategia de comunicación de la empresa e influye de manera
notable sobre el resto de las estrategias, sin él el marketing
operativo pierde su eficacia.
Sin planear, sin realizar los pasos
previos, sin la fijación de objetivos... la ejecución
de un proyecto se antoja catastrófica, abocada al fracaso. Es
por estas cuestiones por las que nadie puede decir que el marketing
no es imprescindible en una empresa.
¿Alguien diría que el
timón de un barco es necesario, pero no imprescindible? Pues
eso mismo es el marketing estratégico, un timón que guía
nuestra empresa con una visión a largo plazo.
Después de esta reflexión
me queda mucho más claro cuál es el problema de esta
persona, su no creencia en el marketing estratégico la
convierte en una víctima del marketing operativo, del
cortoplacismo, del trabajo sin dirección, de hacer cosas para
cumplir con su conciencia sin importarle cumplir con sus objetivos.
Mi recomendación es que no se
generalice cuando se habla desde el desconocimiento, también
me gustaría que algunos entendiesen que muchas veces las cosas
necesarias también pueden ser prioritarias, son conceptos
diferentes pero no excluyentes.
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