sábado, 14 de abril de 2012

Diferenciación y Posicionamiento


Diferenciarse para Posicionarse.

Corría el año 1920 cuando Henry Ford pronunció la mítica frase Los consumidores pueden tener un coche pintado en el color que quieran mientras sea negro, intentando mantener sus economías de escala, centrando todos sus esfuerzos en vender el mítico Ford T, que tan solo unos años antes copaban la mitad del mercado americano y batieron un record de ventas que tardó 45 año en ser superado.
Producción en serie del Ford T Negro
El motivo de empezar con esta célebre cita no es otro que el de que reflexionemos y pensemos en lo triste que debía de ser en aquellos años el salir a la calle y ver que todos los coches eran iguales, negros, sin ningún aporte de color, ni de creatividad.... Y qué me decís de los pobres trabajadores de la fábrica de Ford, vestidos iguales y montando coches iguales, de un solo color. De pensarlo me entran escalofríos. Un mundo donde todo es igual, sin diferencias, sin improvisación, sin que que el cliente tenga capacidad de decisión. Un mundo donde el número de profesionales del marketing en paro sería muy elevado.
Hoy en día hay muchas empresas que sin ser el Ford T de los “felices años 20” se le aproximan mucho. Son empresas indiferenciadas, sin un posicionamiento definido, sin una estrategia de producto adecuada. Hay otras que son seguidoras en el mal sentido de la palabra, es decir, que hacen o copian de manera pobre y decadente lo que hace su competencia; estos últimos, sin saberlo, están a merced de los líderes del mercado.
Exposición de Ford T
Vivimos en un mundo masificado y estandarizado en el que cada vez se pone más en valor el resaltar aquello que es diferente, innovador, rompedor, creativo, que genera un efecto positivo y recuerdo. Recordemos la definición que Piaget hacía de los individuos indiferenciados tachándolos de individuos no exitosos de una u otra manera.
Las personas que nos dedicamos al marketing estamos en el mundo para dar color a la realidad, para buscar la diferenciación entre las marcas, los productos, las personas... encontrar aquella característica que nos diferencia del resto, lo que nos hace singulares y únicos en el mercado; será por esto por lo que los consumidores nos distingan y decidan comprarnos.
Diferenciarnos para ocupar un lugar privilegiado en las mentes de las personas, para ser la primera opción cuando necesitan alguno de los productos que nuestra empresa ofrece al mercado. Diferenciarnos para posicionarnos en la mente de los consumidores, para que éstos nos perciban como la mejor opción, en eso consiste la diferencia competitiva.
Realizar una estrategia de desarrollo empresarial enfocada a la diferenciación es clave para el futuro de nuestra empresa; de lo contrario nos convertiremos en zombies que se mueven según los impulsos del mercado, vagando sin identidad propia y con un futuro más que incierto. Diferencia tu empresa, constrúyela entorno a una idea, con conceptos y valores que te posicionen; aunque sea como una empresa de precios bajos, pero no te quedes atrincherado esperando sin hacer nada, porque terminarás muriendo.
Intentemos diferencianos

Intentaremos ser percibidos como un producto único, diferenciándonos de la competencia para estar en posición de ventaja frente a ellos, utilizando técnicas de posicionamiento (como nos mostraron Jack Trout y Al Ries en su libro Positioning) que nos ayuden a conseguir nuestro objetivo. Sin crear nada nuevo, solo utilizando los conocimientos que éstos tienen de nuestra marca, manipulándolo, utilizando la comunicación para conquistar a nuestros clientes mediante un mensaje simplificado que nos sitúe en un lugar privilegiado y perdurar en él a lo largo del tiempo.
El mundo del coche negro de Henry Ford fue una forma clara de posicionarse, a buen seguro todos los consumidores de la época que querían comprar un coche negro sabían a donde tenían que ir...

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